No es una despedida, tan sólo un hasta luego

Me quedan 9 días en este país y siento que ya me he despedido, que ya se ha agotado mi tiempo aquí… Es como si una parte de mí se hubiese ido y otra permaneciese aquí intentando exprimir al máximo.

La verdad es que tengo ganas de irme, no creía que fuese a ser así, pensaba que se me haría corto, que me sabría a poco y me quedaría con ganas de más y en cierto punto es así, es decir, se me ha pasado rápido y me quedo con la sensación de lo que podría haber sido y fue poco aprovechada (¿porqué siempre me pasa eso? parece que tengo más expectativas que acciones).

Aparte de lo típico (echar de menos a la gente y algunas costumbres) quiero volver a casa porque espero una nueva etapa, a la que le doy mucho valor y en cierto punto considero crucial: acabar la carrera, hacer las prácticas… para mí es algo más que eso, ahora ese futuro cercano lo veo como decisivo.

Significa mi paso a la vida real, al mundo adulto, de independencia, responsabilidades más allá de un examen y todos los miedos e inquietudes que conlleva. Son miedos que persigo, es el miedo a la muerte lo que nos mantiene vivos, ¿no? , pues en este caso es el miedo al ¿fracaso? Lo que me hace esforzarme y seguir buscando.

Quizás lo esté sobrevalorando, y cuando pasen unos meses quiera volver atrás, pero creo que me esperan unos meses de reflexión importantes para averiguar que quiero hacer con mi vida, presiento que es el momento para poder hacer cualquier cosa, lo que quiera y que si dejo pasar probablemente más adelante no tendré oportunidad o al menos no de ese modo.

Por eso tengo ganas de decir adiós Argentina, porque si me quedase no podría resolver lo que me viene como espero y sería estancarme en una etapa de mi vida que está finalizando y que aunque ha estado bien no quiero prolongar.

Creo que todo tiene su tiempo y por eso digo sí a volver pero en otra situación y de otra forma que sólo el tiempo determinará.

¡Ha estado piola pero sha fue!