¿Qué piensas de acá?

Ayer hizo 3 meses exactos que estoy acá: en el otro lado del mundo, dónde las personas se presentan por la procedencia de sus antecedentes, en la cumbre del tango, del lunfardo, del asado, de los boliches con más joda y quilombo, donde las mujeres son minas y los hombres chamusheros, el lugar del ché, de los boludos, de los pelotudos, de Maradona, de Evyta, de los alfajores, del dulce de leche, del obelisco, de los visheros, de los porteños, dónde los americanos hablan español con acento italiano y se sienten europeos, dónde aman la tierra que me vio crecer y la imaginan/idealizan cómo si fuese la tierra prometida ashá donde no existe la delincuencia, la opresión, la pobreza ni la corrupción…

Y no me lo creo. Parece que fue ayer cuando llegué con mis maletas, mis miedos, mis expectativas, mis ganas, mis ideas preconcebidas, mi inocencia.

Justo ayer, pasé la mañana rodeada de Argentinos que no paraban de preguntarme cosas del viejo continente, de la tierra prometida, de sus conquistadores… de España y de mí "en el papel de representante".

Entre tanto guitarreo surgió una pregunta: ¿qué piensas de acá?

Y… qué sé sho?

Llevo 3 meses y podría contar muchas cosas buenas, malas y mayormente neutras y/o intermedias pero siento como que no tengo una opinión formada. Por una parte siento que no he hecho todo lo que se supone que hay que hacer en un país extranjero en calidad de estudiante o simplemente de joven.

• El primer mes parecía que mis días aquí serían así, que mi vida se podría resumir en fiestas, diversión, viajes y no parar de sorprenderte con un país en el que con euros eres el rey del mambo.
  
• En septiembre parece que he empezó a asentarme un poco más a ser más yo, a buscar mi sitio, ubicarme y adaptarme, hubo un poco de todo: algún viaje, alguna fiesta, pero también hubo lugar para la cultura, el estudio, la tranquilidad, ahí podría decirse que empezaba a hacerme consciente de qué hago y dónde desde un enfoque positivo.
  
• Sin embargo este último mes ha sido bastante triste, no sé si es morriña, madurez, autocontrol, pereza, tristeza o estrés postraumático, ya que durante el mes de septiembre entre mi búsqueda encontré alguna ilusión de que se cumpliera alguna expectativa que se vino abajo sola… sin embargo si bien eso puede participar y desencadenar no creo que sea la causa ni tenga el valor suficiente para pasar un mes de reclusión, las otras "razones" son Don Dinero y mi intento de sociabilidad frustrado, ya que al principio me sorprendí a mi misma relacionándome extrañamente bien con desconocidos cosa que con el tiempo y la reclusión decayó.
  

Entonces teniendo en cuenta mi experiencia hasta ahora podría hablar de 3 impresiones diferentes de un mismo lugar:

1. Me encanta este sitio, es genial, es precioso, me lo estoy pasando de puta madre.
   
2. La gran ciudad me viene grande pero me estoy adaptando y me gusta que haya tanta oferta cultural.
   
3. Todo es muy caro, soy pobre, quiero hacer muchas cosas y no hago ninguna.
   

En realidad es poco objetivo, sin duda se relaciona con mi experiencia y mi modo de ver las cosas, pero es lo que tienen las opiniones. Si tuviese que hacer una crítica o una descripción, sería otra cosa. Aún así sigue siendo bastante subjetivo.

A modo de descripción resumiría que Buenos Aires es una ciudad inmensa con calles cuadriculadas y edificios que recuerdan a Europa sin embargo se deja ver que estas en Latino America. Su población es muy densa y poco organizada, de hecho muy centralizada y su capital escaso y centralizado, por lo que se ve mucha pobreza y si no tienes cuidado delincuencia. Es una ciudad con muchísima oferta cultural y de ocio: la calle corrientes es el eje de esta. La gente vive deprisa, trabajan de 9 a 18h y estudian de 19 a 22h, duermen cuando pueden, se preocupan por la estética y la política y tienen apariencia seria y superficial pero se nota la sangre latina, las ganas de reírse de la vida y de pasarlo bien, se parecen a los andaluces en ese aspecto ;)

Algo que criticar: los chamushos y la hipocresía e intereses propios de algunos, los taxistas estafadores, la basura en la calle, la inseguridad, el ruido y el estrés, los vendedores ambulantes del subte que te ponen lo que te quieren vender encima del libro sin dejarte leer tranquila, no me gusta que un barrio tan lindo como boca sea tan peligroso y que la única parte por la que se puede pasear este repleta de tiendas de recuerdos carísimas.

Y me quedo con los paisajes naturales los que conozco y los que vi por foto, sus actores, su oferta cultural, los bosques de Palermo, la feria de san Telmo, su bife chorizo, el cementerio de recoleta, el tango y los colores de caminito. De su gente aprecio su devoción por España, sus ganas de ayudar y su humor irónico.

Mi Buenos Aires querido, siento que no te voy a olvidar, pero espero que este tiempito que me queda, te disfrute un poco más.