Dos cuerpos que se tambalean unidos, el abrazo como equilibrio.
Él firme, autoritario, fuerte, seguro…
Ella obediente, dispuesta, confiada, dependiente…
Pasos cortos, largos, tentados, pisados, todos intencionados.
Torsos rectos, brazos amarrados.
Un baile para lucir, para sentir, por descubrir.
En brazos de desconocidos tenté mis primeros tímidos pasos.
Según el compañero me podía sentir la marioneta más inútil, confusa, sin saber dónde ir, qué hacer, ni cómo…
Pero si el hombre sabe jugar el rol y se marca un buen abrazo, seguro y firme, se establece una comunicación fluida, sin palabras, ni gestos sólo con el contacto, que permite disfrutar cada paso, ahí es cuando sentí que estaba aprendiendo ese bonito, sensual y emotivo baile, que por triste que suene la música alegra por dentro.
1 comentario:
OLE, OLE Y OLE!
Nunca entenderé por qué eres tan insegura con todo el potencial que llevas dentro.
Me siento orgulloso de tenerte como amiga y espero que con los años mejores y mejores y no te dejes influir por tonterías.
Rita, EL QUE ES GRANDE, ES GRANDE, por mucho que lo intenten echar abajo.
Tú eres grande, así que no me defraudes.
Gracias por estar ahí!
Un bacio molto grande!
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